domingo, 4 de noviembre de 2012

Ad inferna

           Seznec, en Los Dioses de la Antigüedad en la Edad Media y el Renacimiento nos dice: La Iglesia no expulsó a las antiguas divinidades; únicamente las degradó, poniéndolas a la altura de los espíritus maléficos. (...)
           La actitud de Dante ante las divinidades paganas es profundamente original. Las trata con dignidad, incluso con reverencia. No sólo acepta la realidad de estos seres sobrenaturales, sugiere que han desempeñado, entre la Caída y la Redención, un papel premonitorio, consistente en aclarar a veces las lecciones del Antiguo Testamento. En la "Biblia de los Gentiles", los grandes dioses, los superi, inteligencias veladas, estaban encargados de hacer sentir al mundo, de forma disimulada, la autoridad del verdadero Dios. Por las sanciones que Júpiter o Apolo inflingían a los culpables mortales, hacían presentir a las criaturas humanas la absoluta sumisión debida al Creador. El tema titánico de la Commedia es el de la insubordinación y la rebelión y sus castigos.
Dante confirma las sentencias condenando al infierno a los rebeldes fulminados por los dioses. En cuanto a los demonios que les atormentan, sitúa a los más notorios - Caronte, Plutón y Minos- entre los inferi. A estas inteligencias caídas se les otorgan funciones infernales, se han pasado al servicio de Satán.

           Repasemos cómo se entra al reino del Hades:

           Virgilio, en el libro VI de la Aeneida, nos describe cómo llegan las ánimas al Averno,

huc omnis turba ad ripas effusa ruebat,               305
matres atque uiri defunctaque corpora uita
magnanimum heroum, pueri innuptaeque puellae,
impositique rogis iuuenes ante ora parentum:
quam multa in siluis autumni frigore primo
lapsa cadunt folia, aut ad terram gurgite ab alto                310
quam multae glomerantur aues, ubi frigidus annus
trans pontum fugat et terris immittit apricis.

           Paragonable, en la Divina Commedia, este caer de las almas en el infierno al lento caer de las hojas de otoño que de una en una se desprenden de la rama, hasta que el árbol, como si fuera una persona, resulta despojado de sus vestiduras.(Inf., III; vs 112 y ss)  
Come d'autunno si levan le foglie
l'una appresso de l'altra, fin che 'l ramo
vede a la terra tutte le sue spoglie,

           Eneas entrará en el inframundo, al igual que Dante avanzará por los círculos del Inferno. No es casual que un Virgilio actante se convierta en guía, maestro e incluso en padre de Dante en semejante misión. Deben atravesar el inframundo para que pueda alcanzar la redención.
Las puertas que conducen a este infierno, cobran voz mediante una inscripción que define lo que en este reino van a encontrar:  

 'Per me si va ne la città dolente,
per me si va ne l'etterno dolore,
per me si va tra la perduta gente.
Giustizia mosse il mio alto fattore;
fecemi la divina podestate,
la somma sapïenza e 'l primo amore.
Dinanzi a me non fuor cose create
se non etterne, e io etterno duro.
Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate'.

           Así pues, traspasadas las puertas de la mano de Virgilio, Dante encontrará al barquero Caronte, quien transporta las almas condenadas de una ribera a otra del río. El río Aqueronte del griego Αχέρων Akhérôn, ‘temible’, puede traducirse como ‘río de la tragedia’ Aqueronte era uno de los cinco ríos del Inframundo. Se cuenta que en sus aguas todo se hundía salvo la barca de Caronte, que accedía a pasar las almas de los difuntos a cambio del óbolo o de monedas de ceniza que se ponían a los muertos en los ojos para pagarle la travesía. En la mitología Caronte, Χάρων Khárôn, ‘brillo intenso’ es hijo de Erebo y de la Noche.
           Se le atribuye una apariencia monstruosa y demoníaca; divinidad pagana transformada en demonio (ps.,XCV,5 omnes dii gentium daemonia) relampagea fuego por sus ojos, lo que le da su fuerza maléfica.
Si hay alguna alma que se retrasa, Caronte se sirve de la airada acción de remar para golpearla. 

    Caron dimonio, con occhi di bragia
loro accennando, tutte le raccoglie;
batte col remo qualunque s'adagia.

          El gesto impaciente de Caronte está retratado en  el Giudizio de la Capilla Sistina por Michelangelo.



 

2 comentarios:

  1. Ego mitteret politicos corruptos et politiculos ad monstrua Infernorum, sedentia corporum et vermium
    Franciscus

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  2. leyendo esta entrada, me vino esto a la mente

    http://www.youtube.com/watch?v=8M5YeZIg71U

    creo que ya lo conoces, just in case

    un beso, guapa

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